El filtro de partículas ha llegado al mercado comercial debido a la vigencia de las Normativas de Emisores, la cual ha obligado a los fabricantes de vehículos reducir de manera considerable los emisores de partículas sólidas que se transmiten a la atmosfera. Debes saber, que la utilidad de estos mecanismos es más implementada en los automóviles de motor a diésel por su forma de trabajo. Es por ello, que en las próximas líneas te describiremos el funcionamiento y la importancia de estos filtros antipartículas.
¿Cómo funcionan los filtros de partículas (FAP)?
Los filtros de partículas son identificados con las abreviaturas FAP, pero también son conocidos como DPF y tiene como funcionamiento principal recoger todas las partículas que son generadas por la combustión del motor y, por consiguiente, evitan que estas tengan salida al medio ambiente.

En otras palabras, el funcionamiento de los filtros antipartículas es sencillo. Todos los agentes contaminantes que viajan junto a los gases de escape quedan totalmente retenidos. Y los gases que son catalizados, escapan mediante sus paredes porosas, las cuales son expulsadas por su silenciador trasero.
Ten presente, que cuando el filtro llega a su nivel máximo, el sensor de presión diferencial del coche envía una señal contundente a la unidad de control electrónica del coche para que puedas iniciar el proceso de regeneración.
¿Cómo es la regeneración del filtro de partículas?
La regeneración del filtro de partículas se debe realizar de forma periódica y en intervalos de entre 400 y 800 kilómetros. Todo depende del tipo de conducción que posea el vehículo. Debes saber que el proceso de restablecimiento consiste en aumentar la temperatura de los gases de escape. Para que estos puedan quemar las partículas de carbono que han quedado retenidas en el filtro.

Una vez se queman todas las partículas, estas se convierten en dióxido de carbono. De esta manera, se convierten en un gas y pueden salir del vehículo dejándolo en óptimas condiciones para continuar con el funcionamiento de retraer las partículas generadas por la combustión del coche.
Asimismo, los fabricantes aseguran que cuando se realiza el proceso de regeneración, la temperatura que utiliza el coche para lograr la limpieza e incineración de las partículas (hollín acumulado) puede alcanzar los 900°C.
Ten presente, que, si la presión que tiene el filtro en la entrada y en la salida es la misma, es un indicativo de que este no está funcionando de forma adecuada. Si por el contrario la presión en al área de entrada es superior a la salida, debes estar tranquilo que el filtro trabaja de manera correcta. Y si la presión entre la entrada y la salida se diferencia solo en un índice es porque requiere iniciar el proceso de regeneración.
Las averías más frecuentes en el filtro de partículas
Aunque el filtro y las demás partes del coche reciban los mantenimientos adecuados es posible que existan algunos fallos y averías en dicho elemento. Los síntomas normales que el vehículo puede presentar es el encendido de la luz “Check engine” y una importante pérdida de potencia que se percibe cuando el coche está en movimiento.

Lo más importante, es que después de varias regeneraciones el filtro se cambie por una pieza nueva. Normalmente se debe realizar después de unos 100 mil kilómetros. Ya que, cuando el filtro del coche ha sido higienizado en varias oportunidades, este va dejando pequeños residuos que se adhieren a las paredes porosas del filtro y terminan tapando totalmente el accesorio.
Asimismo, otro de los síntomas que puede presentar el coche es que se desactive el sistema “Stops&Start”. Esto se realiza porque de alguna manera el coche necesita aumentar la temperatura. Y, por consiguiente, si este está realizando la regeneración del filtro no se interrumpa el proceso. Dicha avería también la puedes apreciar cuando has detenido el coche y los ventiladores continúan trabajando. Es un indicativo de que el motor estaba sobrecalentando los gases de escape.
Como has podido ver, el filtro de partículas juega un importante papel en el correcto funcionamiento del coche. Y con él, la retención de las diversas moléculas que produce el motor que pudieran ser parte de la contaminación del medio ambiente. La recomendación es que revises de manera periódica esta pieza de suma importancia y adoptes hábitos de conducción y de mantenimiento adecuados.

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