Con miras a la innovación en materia automotriz, se estima que para el año 2030 la implementación de los nuevos sistemas de motores sea de carácter global y sustituyan a los motores convencionales. Así, se prevé que para el 2030 se dé el adiós a la motorización tradicional.
¿Por qué se prevé el adiós a la motorización tradicional?

Hace casi 5 años, los países de la Unión Europea asumieron el compromiso de cambiar las actuaciones en pro de proteger al medio ambiente en lo que se refiere a motores. La acción quedó contemplada mediante la firma del Acuerdo de París, en el cual la industria automovilística promueve la globalización de los motores eléctricos.
Estas acciones se orientan en eliminar la presencia de los motores tradicionales en el mercado para el año 2030. Sin embargo, te preguntarás a qué se debe tal percepción y cambio de paradigma. La respuesta es sencilla: diversos estudios confirman que los motores eléctricos reducen la emisión de dióxido de carbono y, por ende, de gases que afectan al medio ambiente.
En la actualidad, la producción y venta de coches dependientes de la electricidad ha ido en incremento. En el año 2018, las ventas fueron superadas en un 61 % en relación al año anterior. Y, pese a que estos números apenas representan un 7 % del total de ventas en el mercado automotriz, las expectativas a futuro son bastante positivas.
La motorización tradicional: una vuelta al pasado

Si revisamos un poco de historia, encontramos que los motores eléctricos son más antiguos incluso que los de combustión. Robert Anderson en 1832 habría inventado el primer coche eléctrico, pero ante las deficiencias tecnológicas al respecto su proyecto no surgió.
En la actualidad, dos grandes empresas de automotores en España están apostando nuevamente por los coches eléctricos. Se trata de la innovación en motores que presentan Renault y Seat, con el Renault Zoe y el Seat Leon.
Otras marcas como Hyundai, Kia y Volkswagen también están orientando sus esfuerzos en la eficiencia, innovación y energía amigable con el ambiente para hacer frente a la motorización tradicional.
España se ubica entre los primeros países productores de coches eléctricos
Para el año 2019, España se ubicó en la octava posición a nivel mundial y en la segunda en el continente europeo como productor de coches eléctricos. Nos obstante, pese a que son números significativos con miras al futuro, aún existen barreras que impiden globalizar la presencia de los motores eléctricos en el mercado.
El precio es más elevado
La tecnología y el esfuerzo en la fabricación de los coches eléctricos requieren una alta inversión destinada a las baterías. Por esta razón, los motores eléctricos resultan más costosos que los sistemas de motorización tradicional.
Menor autonomía
El kilometraje de los vehículos eléctricos está por debajo del correspondiente a los motores a combustión.

Limitación en servicio
La disponibilidad de centros de servicio en España aún es limitada para los coches eléctricos. En el territorio español apenas existen unos 3.800 puntos de carga, que no alcanzan a cubrir la demanda global.
En definitiva, el reto de la industria automotriz es superar estas barreras. De esta manera, se verá modificada la industria mundial a corto y a mediano plazo.
¿Los motores eléctricos sustituirán a la motorización tradicional?

La sustitución de los motores de combustión por los motores eléctricos no es un tema que apenas sale a la luz. Ya hace una década, en el Foro TIC y Sostenibilidad, que se celebró en Sevilla, se dijo que la motorización tradicional, con combustión a gasolina y gasóleo, habría desaparecido para el 2030.
Si bien los motores eléctricos irán desplazando la presencia de los motores tradicionales, expertos indican que no los sustituirán para siempre. Esto debido a que son una solución a corto plazo, pero no a largo plazo.
Y es que, los motores eléctricos son la solución a corto plazo para disminuir la emisión de gases contaminantes, como bien hemos dicho. Pero, en lo que se refiere a largo plazo la fabricación de este tipo de motores pueden comprender un gran impacto negativo en el ambiente relacionada a la fabricación y eliminación de las baterías.
Se concluye que la eficiencia de los coches eléctricos dependerá del nivel de sostenibilidad de la energía. En otras palabras, entre más pura sea la energía eléctrica menor será la incidencia contaminante y, en tal medida, irán sustituyendo a la motorización tradicional.

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